Los espacios verdes también necesitan un aporte continuo de agua para el correcto funcionamiento.
Cada espacio verde puede contar con un sistema de riego, ya sea por aspersión, por goteo y/o la combinación de ambos. Son sistemas automatizables, a partir de una instalación fija enterrada, a los que pueden agregarse diversos sensores que optimicen aún más el consumo de agua (sensores de flujo, sensores de humedad, etc.); incluso en áreas de grandes dimensiones es redituable operarse a través de sistemas de computación.
También puede utilizarse agua reciclada o terciaria para el riego de los espacios verdes a través de estos sistemas, para lo cual será necesario el análisis correspondiente de la fuente y tratamiento de ser necesario.